lunes, 4 de julio de 2011

El Aventurero

``El camino sigue y sigue desde la puerta.
   El camino ha ido muy lejos
   y si es posible he de seguirlo,
   recorriéndolo con pie decidido
   hasta llegar a un camino más ancho
  donde se encuentran senderos y cursos.
  ¿Y de ahí adónde iré? No podría decirlo´´.

Así es...

Quienes hayan leído El Hobbit y la trilogía de El Señor de los Anillos saben de quién se está hablando cuando se trae a cuenta el nombre de Bilbo Bolsón: un Hobbit afable de debajo de la colina sin más preocupaciones que desayunar dos veces al día (de ser posible), cuidar del jardín y fumar pipa sentado en la entrada de su confortable agujero Hobbit.

Pero a pesar de ser lo primero que conozcamos de su persona, recordamos a Bilbo no por las tradiciones de su gente, sino por una simple razón: ser el Hobbit más famoso del mundo. ¿Y por qué es así?

En su tiempo, ciertas personas logran trascender la prueba del mismo mediante un relato digno de recordarse, relato que sólo puede tener validez de ser verídico. Su lado Tuk, encendido por Gandalf, llevó a Bilbo a una aventura que no se hubiese imaginado que viviría en todos sus años. Humedad, insectos, desesperación, maravilla, astucia, valentía, resfrío, suerte, todo eso y más lo convirtió en ese de los medianos que, con mayor incredulidad, alteró los designios de una historia de años incontables, todavía en desarrollo. ( Vale destacar que desde el día en que accidentalmente posó su mano sobre el Anillo Único en las profundidades de las Montañas Nubladas, se generó el cambio que años más tarde le daría fin a esta historia infinitamente antigua, y eso no es poco decir ).

El narrador del cuento nos deja algo así como un final inconcluso ya desde el primer capítulo al decirnos ``...bueno, ya verás si ganó algo´´. Generalmente el concepto de ``Aventura´´ se malinterpreta, se cree que es sinónimo de felicidad y entusiasmo solamente. Pero esas son sólo dos de todas las sensaciones que se pueden sentir cuando uno se encuentra viviendo la aventura.

Sí, Bilbo ganó parte del tesoro de los Enanos una vez solucionado el tema del dragón Smaug y la Guerra de los Cinco Ejércitos, ni hablar del Anillo Único. Pero si tuviese que responder a ese final abierto ( aunque ni siquiera sea una pregunta ) diría que lo que ganó el Hobbit al final de todas sus experiencias iniciadas por aquel quien fuera mandado por los poderes para combatir en contra del índice de maldad restante en la Tierra Media, fue una reputación altísima, valorada y comprendida por quienes compartieron estos momentos especiales con él, y malentendida en su mayoría por aquellos que siempre se mantuvieron ajenos a salir y explorar el mundo, a aventurarse al exterior para posiblemente regresar y asentar esas memorias en un libro encuadernado en cuero rojo.

Poco sabemos de los Ciñatiesa o Tallabuena, y lo poco que conocemos se lo debemos al Hobbit que, de alguna u otra manera, salió corriendo de su casa sin un pañuelo para alcanzar a tiempo a sus compañeros, seres que tan solo e inesperadamente había conocido la noche anterior, y que terminó embarcándose por primera y última vez hacia su final en el Oeste (o al menos esto es lo último que sabemos sobre él): Bilbo Bolsón, un aventurero que ha sido merecidamente recordado.

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